Tremendo rebote con Carmena por no atajar las aguas fecales en el parque de El Retiro
El Ayuntamiento de Madrid está haciendo odios sordos a las quejas reiteradas de los vecinos del distrito de Retiro. Desde hace dos años, en un punto concreto del parque de El Retiro, cerca de la calle Menéndez Pelayo, se embalsan aguas residuales que desprenden malos olores. Se trata de una terraza en la que los residuos no canalizan bien. Los vecinos se llevan quejando años y el Consistorio no da solución al problema.
El Ayuntamiento echa la culpa a la empresa concesionaria y éstos hacen lo mismo. Los vecinos denuncian a OKDIARIO que las dos partes «se pasan la pelota» y el problema no se soluciona.
Explican que antes se contrataban los servicios de un camión cisterna que hacía la labor de pocero limpiando estas zonas encharcadas, pero ahora se hace uso de una solución que tachan de «chapucera».
El Ayuntamiento contrata a «dos chavalillos» que con «palanganas» recogen los residuos en contenedores de pequeño tamaño sin bolsa. Posteriormente, en lugar de llevarlo a un punto limpio, simplemente mueven la basura de un punto a otro de El Retiro. Suelen derramarlo en las escaleras de una de las entradas del parque causando la indignación general de los residentes en los inmuebles próximos.
Los vecinos denuncian que el olor es tremebundo y procede de la terraza del local La Cabaña inmediatamente a continuación de un parque infantil. Señalan que es muy desagradable que los niños jueguen cerca de estos residuos. «Da arcadas y vómitos a los niños y a los operarios», aseguran. Recientemente han optado por otra variante: trasladar los desperdicios de puertas adentro del parque, como a esas horas el parque ya suele estar cerrado los vecinos no saben en qué punto se depositan.
Los afectados critican a este medio que la problemática se llevó a la Junta Municipal del Distrito –ahora presidida por Nacho Murgui– y no se ha hecho nada. La policía también ha sido avisada en repetidas ocasiones y se limita a llamar al orden a los operarios para que en lugar de echar las aguas fecales a las escaleras lo hagan dentro del parque. Pero los madrileños de la zona aseguran que estos efectivos no conocen en profundidad la ordenanza de limpieza ya que esa tampoco es la forma de proceder.
Consideran que la limpieza debería ser diaria, con medios a adecuados a las circunstancias. Por ahora la limpieza de la zona suele ser cada tres o cuatro días. Censuran estas prácticas que se hacen en torno a las once de la noche incumpliendo las medidas higiénicas más básicas. El problema, indican los vecinos, no se soluciona y aunque no va a más no se arregla.